sábado, 31 de julio de 2010

SAN FRANCISCO: SEÑORIAL Y REFINADA METRÓPOLI



En una de las más hermosas bahías del planeta, San Francisco, ciudad multifacética y señorial, abre sus brazos a los turistas provenientes de todas partes del mundo y los sorprende con su gran diversidad cultural, étnica y paisajística, amén de sus exquisiteces gastronómicas y de un clima de perenne primavera.

Llegar a San Francisco es fácil, lo difícil y triste es tener que marcharse después. Desde el mismo instante del arribo, San Francisco envuelve al visitante con su seductora y cautivante atmósfera de ciudad cosmopolita. Su contrastante y refinada arquitectura, su abigarrado cuadro étnico y racial, su espléndida dotación paisajística pero sobre todo su ambiente de absoluta libertad subyugan a propios y extraños, haciendo que la estadía deje una huella imborrable en la memoria y anime los sueños de un pronto retorno.

San Francisco es una de las ciudades más interesantes de California, a pesar de competir con urbes muy bien dotadas como los Ángeles, Sacramento o San Diego. Se alza desde cimbradas colinas que rodean la bahía de su mismo nombre. La ciudad goza de merecida fama de tener una de las poblaciones más prosperas de América y de ser la más europea de las capitales estadounidenses.

El clima de San Francisco es uno de sus atractivos fundamentales, pues goza de un régimen oceánico y mediterráneo a la vez, lo que la convierte en una ciudad ideal para vivir, lo cual explica el elevado costo de los bienes raíces en toda su área. Las precipitaciones se presentan mayormente en el suave invierno, mientras la primavera y el otoño son soleados y el verano es fresco debido a las frías corrientes oceánicas que envuelven la ciudad en una romántica bruma, hasta bien entrada la mañana.

Su población se estima en cerca de un millón de personas, pero si se toman en cuenta los diversos condados que comparten el área de la bahía, sobrepasa fácilmente los 7 millones de habitantes, provenientes de todos los rincones del planeta, pero con un predominio de asiáticos y latinos, especialmente de origen mejicano.

El crecimiento de la ciudad se debió en buena parte a la inmigración europea y asiática. Esta última se asentó especialmente en el distrito conocido como Chinatown, un pintoresco y bullicioso barrio de comerciantes orientales. Muy cerca de allí, los negocios se desarrollan a un ritmo febril en el distrito financiero. Su agitada vida contrasta con la apacibilidad de los paseantes de Embarcadero y Fisherman Wharf, uno de los tradicionales barrios turísticos del área de la bahía.

La ciudad es famosa por el Puente Golden Gate, símbolo universal del oeste americano, que unió desde 1937 los dos extremos de la bahía y que aún en la actualidad, constituye una enjundiosa obra de ingeniería. Otro famoso puente es el Bay Bridge, que se construyó un año antes y que actualmente ha sido remodelado con lujo y seguridad. El edificio emblemático de la ciudad es la Pirámide Transamérica, que gobierna los cielos casi siempre azules de esta bahía de ensueño.

Desde Fisherman Wharf salen cruceros que acercan al visitante a otro de los lugares favoritos de los turistas: la isla prisión de Alcatraz, que se hizo famosa por la película Alcatraz fuga imposible.

Cerca de San Francisco y en el área de la bahía se encuentran pueblos maravillosos como Sausalito, encantadora ciudad mediterránea, Napa y Sonoma generosos valles poblados de dulces y esplendorosos viñedos, No muy lejos de la ciudad se encuentra el conocido Silicon Valley, sede de la industria de microprocesadores e informática más pujante del país

mapas de San Francisco;
Página Oficial de la Ciudad
JERUSALEN LA CIUDAD SAGRADA

No hay en el planeta una ciudad más espiritual que Jerusalén. Ella es sede de tres de las religiones monoteístas más grandes e importantes del mundo: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo.

A pesar de ser escenario y epicentro de un álgido conflicto entre dos pueblos hermanos, en el sentido exacto de la palabra, Jerusalén es la ciudad de la paz, pero de la paz interior, la que se consigue de la vivencia de la fe que se escenifica en sus cientos de iglesias, monasterios, sinagogas y mezquitas.


Lo que más sorprende cuando se llega a Jerusalén es su singular luminosidad, producto del color blanco predominante en sus construcciones civiles o eclesiales. Pero también, es el resplandor espiritual con que toca a los miles de peregrinos y turistas que acuden con similares propósitos: conocer los lugares santos, aunque, la gradación en la intensidad de su experiencia sea muy diversa.

La historia de Jerusalén rebasa fácilmente los tres mil quinientos años, no obstante, su estructura urbana procede de la era bizantina y sus famosas murallas fueron levantadas en el siglo XVI. El primer núcleo habitado de esta hermosa ciudad surgió en la colina sur de la explanada, construido por los Jebuseos, que ya para el segundo milenio había recibido el nombre de Ursalim, que prefigura su actual denominación. No obstante, Jerusalén ha estado indisolublemente ligada a la evolución del pueblo judío.

Abraham arribó a este lugar durante sus peregrinajes y luego el Rey David arrebató el control a los Jebuseos, construyendo en su lugar una ciudad amurallada, denominada Ciudad de David, al sur de la actual ciudad vieja. Esta urbe prontamente se transformaría en el centro político y religioso de la nación. Aquí, en el siglo VIII A.C. levantó Salomón su colosal templo. Después de su muerte, cuando la nación fue dividida en dos, Jerusalén se convirtió en la capital del reino del Sur.

El fastuoso templo fue destruido por Nabucodonosor, pero ya en el 520 fue reemplazado por uno nuevo. Durante el reinado de Herodes la ciudad recobró un ímpetu inusitado. Se edificó una nueva muralla, se construyeron varios palacios y teatros y hasta un hipódromo, concluyéndose, también la ciudadela. Sin embargo, la Gran Revuelta de los Judíos contra Roma condujo a la completa destrucción de Jerusalén y de su Templo, del que solo se salvó su Muro Occidental.

Ya en nuestra era, en el siglo IV, cuando Constantino unificó el Imperio Romano bajo la fe cristiana, decenas de iglesias fueron construidas en Jerusalén. Durante el periodo musulmán, se construyeron la Mezquita de El Aksa y el domo de la Roca, cuyo acceso estaba vedado a los infieles.

En el recorrido por la ciudad, muchos de estas obras saludan al viajero, mientras que otras se encuentran en los cimientos de construcciones más contemporáneas. Hoy Jerusalén es una ciudad plena, bullente de gente y de comercio, que se niega a ser encasillada como lugar de turismo religioso exclusivamente.

La panorámica de la ciudad deja extasiado a quien la contempla. Sobre el horizonte azul y transparente se aprecia una abigarrada sucesión de cúpulas doradas, campanarios y cruces que coronan las tradicionales construcciones de piedra, mosaico o ladrillos milenarios que le dan ese aire de intemporalidad que la caracteriza.

Sus calles son un reflejo de su intensa y a veces dramática historia y evidencian su multicultural estirpe. Aquí, como en cualquier ciudad cosmopolita, se oyen los más enrevesados idiomas y dialectos y se observa en plena intensidad el atlas racial de nuestro planeta. Jerusalén es el punto de encuentro y de partida de los troncos culturales más importantes de la humanidad durante los milenios precedentes. Es la génesis y la suma de Oriente y Occidente, ciudad faro para millones de personas, que aspiramos a que ese aire eterno de paz cristalice en una fraternal convivencia entre pueblos hermanos de raza y de historia, superando años de rencores y violencias.

MAPA DE LA CIUDAD
JERUSALEM WEBSITE
 JOSÉ ORTIZ BRACAMONTE: “AMAMANTADO DEL BARRO”
Han transcurrido ya más de nueve mil años desde que el hombre primitivo puso a secar al Sol sus primeras vasijas de barro, en las mesetas de Anatolia. Sin embargo, la alfarería y posteriormente la cerámica, continuarían siendo una de las actividades primordiales de todas las colectividades humanas.

Hoy en Nicaragua el arte de trabajar el barro ocupa a miles de personas, quienes con fines utilitarios o artísticos cultivan el legado de nuestros rústicos antepasados.
José Ortiz Bracamonte, es uno de ellos. Desde muy pequeño estuvo en contacto con el dúctil y cálido material de trabajo de sus padres. Como él mismo expresa, “fui prácticamente amamantado del barro”. Por ese entonces, la arcilla sólo representaba para él la posibilidad de fabricar figuras caprichosas que llenaran su curiosidad infantil, pero poco a poco fue dándole la forma de aquellos objetos que la gente compraba para satisfacer sus necesidades utilitarias o decorativas.
Este contacto prematuro con el barro, lo fue formando y a la vez fue planteándole nuevos retos e interrogantes, que fueron absorbiendo su tiempo y obligándolo a romper los marcos estrechos de la cerámica tradicional y repetitiva que se exhibía y se vendía en su pueblo natal, San Juan de Oriente.

“Inicié trabajando en cerámica decorativa, principalmente en réplicas precolombinas, pero mi inquietud era hacer una cerámica sobre un nuevo planteamiento. La artesanía que trabajábamos no pasaba de cinco o seis diseños, copiados del Libro Cerámica de Costa Rica y Nicaragua de Lothrop, pero yo quería hacer algo diferente”, explica.
A mediados de los años 80 trabó conocimiento con el poeta Pablo Antonio Cuadra, quien sería una de las personas más importantes e influyente en su formación artística y en la visión particular del proceso de creación. “Don Pablo Antonio me pidió que plasmara en cerámica los diseños que él tenía de su poemario El Jaguar y la Luna. Eran 36 bocetos que sólo existían en papel y yo tenía que realizar una propuesta integral de formatos y color, es decir, debía llevarlas a diferentes vasijas, platos y deidades zoomorfas”, recuerda. Luego de más de cuatro años de trabajo, el proyecto vio la luz en una exposición pública en el Teatro Nacional Rubén Darío en 1990.
El siguiente empeño artístico rebasaría las fronteras patrias. La Universidad de Méjico le encargó un trabajo sobre la conquista española, pero desde la óptica de los conquistados, que recibió el nombre de Visión de los Vencidos y que se plasmaría en el libro de Miguel León Portillo.
Los años 90 fueron de crecimiento y consolidación artística. Sus obras traspasarían el océano, se exhibirían en países europeos y engalanarían espacios públicos y recintos universitarios en Estados Unidos. Sin embargo, el éxito no enturbió su sencillez ni alteró su sentido de pertenencia.

Hoy continúa trabajando en un modesto taller en San Juan de Oriente, en donde, sin pretensiones, ha ido formando escuela y recibiendo también importantes contribuciones del medio y de otros artistas. La visión de su arte es totalizadora, pues en sus obras integra con delicada sencillez y con un notable cromatismo diversas expresiones artísticas como pintura, escultura, cerámica, música e incluso literatura.

CHEO FELICIANO: THE BEST

El mundo de la Salsa tiene sus propios “dioses coronados”. Miembro infaltable de este selecto club es José “Cheo” Feliciano, dueño de una de las voces más bellas de este singular ritmo. Su voz es plenamente identificable por su gran sonoridad y la amplia gama de matices que despliega. Cheo sobresale interpretando ritmos alegres y rápidos, pero donde no tiene rival ni parangón es en el terreno del bolero salsa.

Cheo Feliciano nació en 1935 en Ponce, Puerto Rico. Allí inició sus estudios musicales y a los 17 años viaja a residir con su familia a Nueva York. En la ciudad luz inicia su vida artística profesional como percusionista del grupo "Ciro Rimac's Review". De allí pasó a trabajar con la orquesta del inolvidable Tito Rodríguez, para luego deambular por varios de los conjuntos de moda, hasta que por recomendación de Tito Rodríguez, Feliciano hace una audición y obtiene un trabajo con el Sexteto de Joe Cuba como vocalista.

Con Joe Cuba obtuvo sus primeros éxitos musicales. Después, por un breve período se vincula a la orquesta de Eddie Palmieri. Luego vendrán los años de grabación con el sello Fania, que le abrirán definitivamente las puertas de la fama.
Cheo Feliciano hace a lo largo de su producción discográfica una recopilación de las canciones más importantes de su carrera. Son temas muy bien logrados, donde predomina el ritmo suave y cadencioso del bolero salsa, acompañado de un excelente respaldo musical, sobre todo en el piano y teclados, lo que le confiere un sello difícil de igualar.
JULIO CORTAZAR: UN TAL LUCAS


“En los departamentos de ahora ya se sabe, el invitado va al baño y los otros siguen hablando de Biafra y de Michel Foucault, pero hay algo en el aire como si todo el mundo quisiera olvidarse de que tiene oídos y al mismo tiempo las orejas se orientan hacia el lugar sagrado que naturalmente en nuestra sociedad encogida está apenas a tres metro del lugar donde se desarrollan estas conversaciones de alto nivel, y es seguro que a pesar de los esfuerzos que hará el invitado ausente para no manifestar sus actividades, y los de los contertulios para activar el volumen del diálogo, en algún momento reverberará uno de esos sordos ruidos que oír se dejan en las circunstancias menos indicadas, o en el mejor de los casos el rasguido patético de un papel higiénico de calidad ordinaria cuando se arranca una hoja del rollo rosa o verde”

Así empieza uno de los más divertidos episodios de este sensacional libro de cuentos del querido escritor argentino, quien consideraba el humor como un arma central del ser humano, que lo capacitaba para hacer frente al mundo y crear una "visión en que las cosas dejan de tener sus funciones establecidas para asumir muchas veces funciones diferentes, funciones inventadas", como muchas veces lo explicaría Cortázar.

Julio Cortázar es, sin lugar a duda, uno de los autores cúspides de nuestra literatura. Criticado por muchos por sus posiciones políticas pero, amado por el dilatado universo de sus lectores, no sólo en América Latina, sino a nivel mundial, nos legó sensacionales cuentos y novelas que han engrandecido la fama de nuestra literatura contemporánea. Ya desde pequeño, las palabras llegaron a valer para él más que las cosas mismas.

Siempre vio el lado lúdico del arte como una de sus más preciosas posibilidades y así lo plasmó en sus obras "Final de juego", "Rayuela", "62 modelo para armar", "Divertimento", hasta sus eternos Cronopios, esos personajes inocentes que se encargaron de poner patas arriba el mundo.

Después de Cortázar las situaciones más dramáticas jamás volvieron a ser solemnes, siempre asistimos con una sonrisa a flor de labios al desarrollo de sus incontables historias. Es un libro que le ayudará a calmar el estrés y la apatía de nuestra vida moderna.
MARGUERITE YOURCENAR: MEMORIAS DE ADRIANO

Traducida a múltiples lenguas, alabada por críticos de todo el mundo como una de las obras más singulares, bellas y hondas de la literatura del siglo XX, estas memorias, recogen la vida del sabio Emperador Adriano, uno de los últimos espíritus libres de la antigüedad.

Yourcenar es una de las poetisas, novelistas, dramaturgas y traductoras más importantes de lengua francesa. Francesa por ascendencia, adoptó a finales de la II Guerra Mundial la nacionalidad estadounidense, pero continuó escribiendo sólo en francés. El estilo literario de Yourcenar se transforma en cada una de sus obras, aceptando siempre nuevos retos como escritora. Su literatura se caracteriza por su extenso conocimiento de las civilizaciones antiguas y de la historia, y su afán por comprender las motivaciones humanas.

Memorias de Adriano es una profunda reflexión sobre la vida y el destino del ser humano, además de una autobiografía novelada del emperador romano, bajo la forma de cartas escritas por éste a su sobrino.

Adriano es un hombre sabio que al final de su existencia y ante la inminencia de su muerte, que asume con serenidad, rememora su vida. La obra es la historia de un emperador romano culto y sensible, libre y solitario, que intentó hacer un mundo mejor. Y, a través de esa biografía, la escritora parece intentar hallar en la antigüedad clásica las claves de las tragedias contemporáneas. Sueña, a través de él, con un hombre de Estado ideal, capaz de estabilizar la tierra, y construir su felicidad como una obra maestra.

En Memorias de Adriano queda de manifiesto el estilo literario de Marguerite Yourcenar: Una prosa de sublime aliento poético puesta al servicio del conocimiento de las civilizaciones antiguas y de la historia.
JORGE LUIS BORGES: HISTORIA DE LA ETERNIDAD.


El 24 de agosto de 1899 nace en Buenos Aires Jorge Luis Borges. Es bilingüe desde su infancia y aprenderá a leer en inglés antes que en castellano por influencia de su abuela materna de origen inglés. A los siete años escribe en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, La visera fatal, inspirado en un episodio del Quijote; a los nueve traduce del inglés "El príncipe feliz" de Oscar Wilde.

Su primera publicación registrada es una reseña de tres libros españoles escrita en francés para ser publicada en un periódico ginebrino. Pronto empezará a publicar poemas y manifiestos en la prensa literaria de España, donde reside desde 1919 hasta 1921, año en que los Borges regresan a Buenos Aires. El joven poeta redescubre su ciudad natal, sobre todo los suburbios del Sur, poblados de compadritos. Empieza a escribir poemas sobre este descubrimiento, publicando su primer libro de poemas, Fervor de Buenos Aires (1923).

Instalado definitivamente en su ciudad natal, establecerá ya en 1925 su reputación de jefe de la más joven vanguardia Y se transformara en uno de los más brillantes y más polémicos escritores de nuestra América.

Cansado del ultraísmo (escuela experimental de poesía que se desarrolló a partir del cubismo y futurismo) que él mismo había traído de España, intenta fundar un nuevo tipo de regionalismo, enraizado en una perspectiva metafísica de la realidad. Escribe cuentos y poemas sobre el suburbio porteño, sobre el tango, sobre fatales peleas de cuchillo, pero pronto se cansará también de este ismo y empezará a especular por escrito sobre la narrativa fantástica o mágica, hasta punto de producir durante dos décadas, 1930-1950, algunas de las más extraordinarias ficciones del siglo XX como la Historia universal de la infamia, Ficciones y El Aleph.

A pesar de su excelsa producción literaria, una y otra vez se le niega a Borges el premio Nobel de Literatura. Una encuesta mundial publicada en 1970 por el Corriere della Sera revela que Borges obtiene más votos como candidato al Premio Nobel que Solzhenitsyn, a quien la Academia Sueca distinguirá ese año. En 1983 la Academia sueca otorga el Premio Nobel a William Golding; uno de los académicos denuncia la mediocridad de la elección. Todos siguen preguntándose por qué Borges es sistemáticamente soslayado. El premio a Golding parece dar la razón a los que dudan de que los académicos suecos sepan realmente leer. Jorge Luis Borges murió en Ginebra el 14 de junio de 1986.

(Adaptado del libro "Ficcionario" de Emir Rodríguez Monegal)
ALVARO MUTIS: SOÑADOR DE NAVIOS

Los libros de Álvaro Mutis nos cuentan sorprendentes historias que se mueven en una atmósfera de cotidiana irrealidad. En ellas se mezclan lo verídico y la ficción, la prosa y la poesía, lo autobiográfico y lo inventado, para ofrecernos una de las mejores producciones literarias del último siglo.

El poeta y novelista Álvaro Mutis es considerado uno de los grandes creadores hispanoamericanos de este período de entresiglos. Sobre su educación formal se cuentan divertidas anécdotas como la que dice que el escritor no terminó sus estudios colegiales, iniciados en Bruselas, y cuando el rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, en Bogotá, le llamaba la atención por su bajo rendimiento académico, recordándole que era descendiente directo del sabio José Celestino Mutis, contestaba que tenía muchas cosas que leer y no podía perder el tiempo estudiando. Quizá Colombia perdió otro sabio, pero ganó un eximio literato.

El reconocimiento de la obra de Mutis, cuya creación gira en torno al mítico Maqroll el Gaviero, tiene escasos precedentes en el ámbito literario latinoamericano. Empezó en 1974 con el Premio Nacional de Letras de Colombia, siguió en México con el Premio de la Crítica de Los Abriles, se amplió con el Doctorado Honoris Causa en Letras otorgado por la Universidades del Valle y de Antioquia y se consagró definitivamente, hace unos años, cuando se le distinguió con el premio más importante de las letras hispanas: el Príncipe de Asturias.
PABLO NERUDA: CONFIESO QUE HE VIVIDO


El título de esta obra constituye una hermosa declaración de principios del poeta del amor y del pueblo. En el libro, el autor nos revela la satisfacción de no haber desaprovechado ninguna ocasión para sentir el palpitar de la vida, de la fe, la esperanza y el amor. A través de sus páginas, Neruda nos narra la intensidad de sus primeros amores, los convulsos años de la Guerra Civil Española, los diversos países adonde lo llevó su labor diplomática, su inquebrantable compromiso político, su amistad, y también sus controversias, con los más destacados escritores y artistas de la época, sus relaciones con políticos y personajes de primer nivel en todo el mundo, pero también, su percepción de las cosas sencillas, corrientes, pero llenas de calor humano.

Confieso que Vivido, es la obra del escritor chileno donde confluyen magistralmente la poesía y la prosa. Es una magnífica autobiografía, donde nos cuenta su vida de una manera poética, pero sin embargo, con una prosa fácil, entendible y digerible, que se deja leer a la velocidad que el lector quiera, a la vez, que se disfruta de la belleza del lenguaje. El libro posee una buena tensión argumental y mantiene el interés durante todas sus páginas.

Encontramos capítulos memorables, como en el que cuenta sus vivencias con García Lorca y Miguel Hernández, durante los años previos a la Guerra Civil Española. También, con un dejo de humor y una gran sencillez, refiere las múltiples nominaciones que recibió al Premio Nobel, la gran tensión que le causaba el asedio de los periodistas y el vivir pendiente de una llamada que nunca llegaba, hasta la noche en que se hizo justicia, y la Academia Sueca le otorgaba el premio al más grande poeta de lengua hispana de los tiempos modernos.

Nos habla también de su vida personal y de sus amores, que bien puede ser una dama, o una causa, un país o un paisaje. Neruda continuó escribiendo esta autobiografía casi hasta el final de sus días. Existen ediciones que incorporan la declaración que hiciera el gran literato, rechazando el golpe de estado en Chile y el infame asesinato de Salvador Allende.
VALLENATO: LA HISTORIA MUSICAL DEL CARIBE COLOMBIANO

Ya ha transcurrido más de un siglo desde que en la región norte de Colombia se escucharon los primeros acordes y cantos de estirpe campesina y vaquera, que dieron origen a lo que después se conocería como música vallenata.
Los cantos que interpretaban los agricultores y pastores del Valle de Upar pronto empezaron a expandirse por toda “La Provincia”, que se extiende desde las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta hasta la Ciénaga de Zapatosa y desde los desérticos parajes de la Guajira hasta el valle del río Magdalena.
Con el acordeón al hombro y viajando a lomo de mula los primeros trovadores iban de pueblo en pueblo llevando noticias y mensajes, cantando las crónicas de la región, las historias de amor, las hazañas propias y de otros trovadores en sus singulares desafíos musicales llamados piquerías. Famoso, entre estos últimos, es el duelo de acordeones que sostuvieron el legendario Francisco, el hombre con el Diablo, al que sólo logró derrotar cuando interpretó en su acordeón el credo, con proverbial maestría.
Estos cantos e historias alimentarían el acervo cultural de las gentes de la región, inspirarían la vena poética de muchos escritores y ocuparían un lugar de privilegio en la obra de García Márquez, quien ha considerado que “Cien Años de Soledad” es un vallenato de 420 páginas. Muchos de los personajes garciamarquinos, entre ellos Aureliano Segundo, son ejecutantes de acordeón, cantantes de vallenatos o utilizan a estos trovadores para mandar sus requiebros de amor.

El vallenato ha sido el símbolo por excelencia de “La Provincia” y poco a poco, de la mano de los trabajadores migrantes, se fue dando a conocer en otras regiones de Colombia. Ahora, a partir del auge y la difusión internacional que ha logrado con el conjunto de Carlos Vives, se ha convertido, junto con la cumbia, en el ritmo insignia de este país.
El vallenato clásico distingue cuatro ritmos muy bien caracterizados: sones, puyas, merengues y paseos y su instrumentación combina elementos de viento (acordeón), percusión (caja), acompañamiento (guacharaca) y canto.
Sin embargo, la instrumentación del vallenato ha ido evolucionando lentamente. En la época del protovallenato se empleaban caja, guacharaca y gaita, esta última sería posteriormente reemplazada por el acordeón.
En esta sencilla instrumentación se mezclan elementos étnicos de procedencia indígena la gaita o wani-waiki y la guacharaca, mientras que son europeos el acordeón y la forma de versificar, y africana la percusión.
En el primer tercio del siglo pasado se fueron incorporando los sonidos de la dulzaina y la guitarra y luego, cuando se reemplazó la caja elaborada con piel de animal por cajas de membranas sintéticas, tuvo que adoptarse el bajo, para recuperar los tonos graves que el nuevo material no reproducía.

El punto de ruptura en el uso de instrumentos se produce con Carlos Vives y su conjunto La Provincia, puesto que ellos utilizan una instrumentación sofisticada, que reúne, además de los elementos citados, contrabajos, teclados, batería, timbales y elementos de percusión nativa. Los nuevos cantantes vallenatos han llevado este hermoso ritmo autóctono hasta nuevas fronteras culturales, interpretándolo con orquesta sinfónica; y geográficas, pues en la actualidad en Japón, Taiwán o Australia reciben en apoteósicos conciertos a nuestros juglares.